Breve historia por la diversidad musical española

En el año 2005 Rubén Caravaca publica una pequeña guía titulada “Nuestra diversidad musical” editado por la Agencia Española de Cooperación Internacional. Se trata de un libro que se encuentra dentro de una colección titulada Cuadernos sobre Diversidad Musical que muestra la riqueza musical popular de España, fruto de una pluralidad que resulta muy interesante conocer. 

A través de la música podemos llegar a comprender muchos aspectos de una determinada  cultura, la organización de sus gentes, sus tradiciones, fiestas, creencias, gastronomía, arquitectura, etc. La música, es por lo tanto, un elemento inmaterial de riqueza que nos habla, sin palabras o con la ayuda explícita de éstas, sobre múltiples aspectos de una determinada comunidad. Con la globalización, hoy más que nunca, se hace necesario entender y poner en valor la diversidad para no diluir las tradiciones de cada comunidad en una uniformización que venga en detrimento de la diversidad que pretendemos poner de relieve en estas líneas. 

La identidad es un constructo complicado de definir, y a la vez inacabado, ya que se forma a lo largo de toda la vida individual y colectiva. Un ejemplo concreto de las creencias musicales y extramusicales es el intervalo de cuarta aumentada o quinta disminuida (3 tonos enteros) que durante parte de la edad media fue considerado un intervalo relacionado con el diablo. 

Reducir la diversidad musical a clichés es fácil, pero conocerla en toda su extensión es un proceso apasionante que nos entusiasma y conmueve. En palabras de Caravacas (2005, p. 9): “muchas de las manifestaciones artísticas fueron durante años rechazadas por las comunidades urbanas, que las consideraban un anacronismo cultural, redivivo por un cierto nacionalismo trasnochado. Los círculos culturales progresistas las relacionaban con el subdesarrollo propio de un país aislado, víctima de la dictadura, en que los valores rurales aparecían como el anclaje del sistema frente a la propia idea de modernidad”. Es cierto que desde el año 2005 hasta nuestros días, 2023, este pensamiento ha cambiado un poco, pero todavía puede aportarnos mucho más el conocer toda esta diversidad musical, no solo para los estudiosos de la música popular, sino también para las personas interesadas en explorar nuestros orígenes y cómo estos también han ido cambiando a lo largo de la historia. 

La etnomusicología abarca terminologías como músicas del mundo, música folclórica, música étnica…y son muchos los estudiosos en esta área ya que la música se ha utilizado como medio de exaltación y defensa de unas determinadas ideas dominantes, como: “Son los tiempos de los Pelayos y Fechas, de la Sección Femenina, del nacional-flamenquismo, en expresión del malogrado Francisco Almazán, vecino del barrio madrileño de Lavapiés. Del “Ya hemos pasao”, versión chulesca musical de Celia Gámez contra la proclamada antifascista “No pasarán”, que Dolores Ibárruri “La Pasionaria” utilizara para estimular la defensa de Madrid” (Caravacas, 2005, p.12) durante la guerra civil española. En estos años resulta interesante el trabajo titulado Magna Antología del Folklore Español editado por la ya desaparecida compañía de discos Hispavox y realizado por profesores como Manuel García Matos. Otros folkloristas como Agapito Marazuela realizaron también una intensa labor por la recuperación del folklore español, hasta llegar al castellanoleonés Joaquín Díaz en los años sesenta, que cuenta con más de cincuenta discos grabados y numerosos estudios sobre la música popular española y todavía está con nosotros. 

A continuación os dejamos la entrevista realizada a Joaquín Díaz, por su 75 cumpleaños en Castilla y León Televisión en el año 2022. 

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