La música y la arquitectura están muy relacionadas

Carla Sentieri es Profesora Titular del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València, España. Es arquitecta, completó su formación en Urbanismo en el IUAV, Italia, y se doctoró en Vivienda en la UPV. Ha impartido clases de arquitectura y diseño urbano a nivel de grado y postgrado desde 2001. Coordina el Grupo de Innovación Educativa del ICAPA y representa a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia en la European Association for Architectural Education (EAAE) de la que ha sido miembro activo. Su investigación global se estructura en torno a: el diseño sostenible del entorno construido, el proceso de aprendizaje a través del proyecto de diseño arquitectónico y la infancia y sus entornos de aprendizaje. Ha participado en proyectos de investigación europeos como Re-Dwell, Delivering affordable and sustainable housing in (MSCA-ITN), y Architecture’Afterlife, cuyo principal objetivo es identificar el impacto multisectorial de los graduados en arquitectura. Ha trabajado como arquitecta durante más de 20 años y ha obtenido reconocimientos en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2000, los Premios de Arquitectura del COACV y el COAIB. Su trabajo ha sido publicado en: Building and Environment, Frontiers of Architectural Research, Sustainability, VLC, Proyecto, Progreso, Arquitectura (PPA), Constelaciones, entre otros.

ENTREVISTA

1. ¿Cuáles fueron sus comienzos en la arquitectura? ¿Cuándo y cómo surgió su interés por dedicar su vida profesional a esta disciplina?

Comencé a estudiar arquitectura en 1987, y tras finalizar y unos años de ejercicio profesional, entré en la Escuela de Arquitectura de la Universitat Politènica de València como profesora ayudante e inicié mi carrera académica hasta conseguir la plaza de titular de universidad, en el 2018, que sigo compatibilizando con la práctica profesional. El interés por dedicar mi vida profesional a esta disciplina no estaba clara. Mi padre es arquitecto y siempre lo he visto disfrutar con su trabajo -dedicando fines de semana, mientras mis hermanas y yo estábamos con él- jugando y rodeadas de planos y maquetas en su despacho-, y mi madre es una apasionada del arte y la decoración, así que probablemente eso me inclinó hacia los estudios de arquitectura. Y comencé sin mucha convicción porque practicaba atletismo a nivel nacional -era corredora de 800m lisos- y lo que más me gustaba era hacer deporte, pero en mi casa se veía solo como una afición, y no era una opción como formación. Así qué una vez iniciados los estudios de arquitectura, me presenté a las pruebas de INEF (Instituto nacional de educación física) y cursé el primer semestre en paralelo con el segundo curso de arquitectura. Y ese año confirmé, gracias a la asignatura de proyectos, que quería ser arquitecta y continuar haciendo deporte, pero sin dedicarme a ello.

2. Nos pareció interesante el trabajo presentado al 4º Congreso CIVAE 2022 titulado «danza comunitaria para la formación del estudiante de arquitectura» (pp.148-152). El proyecto “dansa Natzaret: haciendo barrio para personas mayores” como se dice en la p.150 «…propone la construcción colaborativa de un catálogo de intervención para adaptar espacialmente el barrio de Nazaret a las necesidades de las personas mayores mediante el uso de una metodología innovadora que incorpora la percepción corporal y la danza comunitaria como método de aproximación a las necesidades de este colectivo». ¿Piensa que se podría realizar también un proyecto de características similares que incluyera la música u otro tipo de manifestaciones artísticas? 

Sí, pienso que cualquier manifestación artística que tenga un objetivo formativo puede plantear proyectos con características similares. Compartir una actividad como la danza, y bailar de forma colectiva, implica tener en cuenta a los otros, sus ritmos, sus tiempos, sus necesidades, es una bonita forma de conocer. Con esta metodología, a través de movimientos y ejercicios sencillos, cualquiera puede participar y entrar en comunicación con los demás, y por eso ayuda a para percibir el cuerpo y las necesidades de otras personas. No se trataba de bailar cada uno por su cuenta, sino realizar unos movimientos pautados, organizados para entrar en comunicación, como si bailásemos todos juntos escuchándonos de forma personal y colectiva. En este caso permitió, bailando con gente mayor- siempre de forma guiada a través de ejercicios muy sencillos- ser conscientes de otros tiempos y ritmos. En este caso, la música era parte fundamental, tanto que, uno de los talleres se llevó a cabo con música en directo, y el músico iba guiando la danza y las aproximaciones entre nosotros. Pero para todo esto es fundamental contar un buen profesional de la danza que sepa guiar estos talleres y el proceso de conocimiento y comunicación en el grupo como fue Vicent Gisbert -bailarín y pedagogo- que convirtió estos talleres de aprendizaje y conocimiento en una experiencia inolvidable.

3. Existe una relación entre la danza y el  espacio que se ha puesto de manifiesto en el proyecto mencionado anteriormente. ¿Qué relaciones cree que existen entre la música y la arquitectura?

La música y la arquitectura están muy relacionadas y se evidencia en que hay muchos arquitectos que estudian en el conservatorio o que son grandes aficionados a la música. Como dice Carmen Garfias, si se habla de armonía, ritmo, composición, equilibrio, base, módulo, orden, proporción, simetría y unidad de medida, ¿se refiere a la música o a la arquitectura? Son expresiones comunes a estas dos formas de expresión humana. Por ejemplo, la definición del término ‘ritmo’, dice que es el movimiento marcado por la sucesión regular de elementos débiles y fuertes, o bien de condiciones opuestas o diferentes, es decir, un flujo de movimiento, controlado o medido, sonoro o visual, generalmente producido por un orden de elementos diferentes del medio en cuestión. Si se examina la palabra ‘armonía’ se ve que sucede algo parecido. Una definición dice que armonía es el equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo, y su resultado siempre connota belleza. En música, el estudio de la armonía implica los acordes y su construcción, así como las progresiones de acordes y los principios de conexión que los rigen. La armonía como práctica musical es la transformación en un conjunto de reglas de supuesta validez, que permite encadenar notas superpuestas, este estudio puede tener base científica, pero el resultado es muy amplio y personal. En arquitectura, armonía es la disposición o distribución ordenada y congruente de los elementos que componen una obra artística. Y si se considera el proceso creativo, el arquitecto que proyecta una obra y el compositor que concibe una música que escribe en una partitura utilizan secuencias, disponen energías en el tiempo que ponen a disposición y a beneficio de quien lo construye o interpreta- respectivamente- y posteriormente de quien los disfruta. Uno comunica arquitecturas en el tiempo, el otro comunica arquitecturas en el espacio. La música confina el tiempo pero también interactúa con el espacio y la arquitectura materializa el espacio teniendo en cuenta el tiempo. Y si una maneja notas musicales, la otra se preocupa de trasladar materiales y ordenarlos y adecuarlos. Así pues creo que tanto en el contenido del lenguaje, como en su proceso creativo tienen una clara relación.

4. ¿Cree que los estudios de arquitectura tal y como están planteados actualmente en las universidades españoles están demasiado compartimentados? ¿Qué tipo de mejoras cree que se podrían llevar a cabo? 

Es una pregunta que me hago casi todos los días cuando veo a los estudiantes en el aula. Y sí, creo que la compartimentación de la estructura universitaria en departamentos, por áreas de conocimiento, hace que las materias se conozcan de forma muy especializada, pero fragmentada y desconectada de las otras, y esto, empobrece la formación del estudiante. Para mejorar esto, se podrían tomar decisiones más estructurales, como modificar los planes de estudios o la organización de las asignaturas- que requieren de un consenso que por ahora no existe-, o llevar a cabo iniciativas como esta, incorporando en las asignaturas proyectos como «endansa». Por otra parte, el profesorado de la Escuela de arquitectura de Valencia está trabajando- de forma más continuada- mediante Aprendizaje-Servicio y esto conlleva la aparición de nuevas metodologías de trabajo que incorporan otras disciplinas artísticas y a otros participantes que enriquecen la visión del estudiantado y mejoran la formación para un mundo cambiante.

¡MUCHAS GRACIAS!

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*